Descripción: Introducción
La excavación coroidea focal (ECF) se define como un área de concavidad en la coroides que se identifica por medio de tomografía de coherencia óptica (OCT) y que generalmente se ubica en el área macular con predilección hacia la región temporal conservando una configuración adecuada de la retina4. Es una condición idiopática, usualmente diagnosticada en la cuarta o quinta década de la vida, sin predilección por sexo, predominantemente asintomática y no progresiva4. Se ha planteado su origen a partir de un defecto focal en la diferenciación coriorretiniana, hasta ahora no se ha descrito una asociación con ectasia escleral o estafiloma posterior1.
Descripción del caso
Paciente masculino de 33 años, con antecedente personal de miopía leve quien consulta por presentar mala visión en ojo derecho de 6 meses de evolución. A la evaluación clínica se encuentra una agudeza visual mejor corregida (AVMC) en ojo derecho (OD) de 20/400 sin corrección, con corrección (-1.25 = - 0.75 X 25°) no mejora. En ojo izquierdo (OS) de 20/60 sin corrección, de 20/20 con corrección (OS -1.00 = - 0.50 X 10°). En la evaluación clínica se encontró un segmento anterior completamente normal. Se evidencia un fondo de ojo teselado, nervio sano, mácula con atrofia del epitelio pigmentario de la retina (EPR) de aproximadamente 500 micras con compromiso subfoveal, sin evidencia de líquido subretiniano, hemorragias u otras alteraciones. Resto del examen sin otros hallazgos clínicos relevantes.
Se solicita un (OCT) de ojo derecho donde se aprecia un espacio hiporreflectivo subfoveal con una excavación coroidea focal asociada a un área de hipertransmisión posterior. El EPR presenta una depresión en la misma zona y por encima de este se aprecia una pequeña lesión hiperreflectiva en la base. Se realiza el diagnóstico de una excavación coroidea focal no conformacional y se sospecha la posibilidad de que esté asociada a una neovascularización macular. Por esta razón, se solicita una angiotomografía (OCTA) que confirma la presencia de una red neovascular. Se ordenan 3 dosis de terapia antiangiogénica intravítrea y se solicita un OCTA de control 4 semanas después de la tercera dosis.
En el OCTA luego de la dosis de carga no se evidencia ningún tipo de respuesta al tratamiento y todos los hallazgos estructurales, así como la pequeña red neovascular, permanecen iguales. Tampoco se obtuvo mejoría de la agudeza visual. Se solicitó una angiografía fluoresceínica tratando de aclarar la presencia de actividad en el complejo neovascular, pero, no se evidenciaron datos que apoyaran esta teoría. Por las características clínicas, angiográficas y del OCTA se decide no aplicar tratamiento adicional ante la poca posibilidad de que la neovascularización macular esté activa. Se cita nuevamente el paciente 4 meses después con un OCTA de control el cual permanece sin cambios. Regresa a los 8 meses con un nuevo examen donde se aprecia una marcada mejoría estructural en el OCT: una importante disminución del espacio hiporreflectivo subfoveal, restauración de la membrana limitante externa, elipsoide y resolución del material hiperreflectivo que se evidenciaba en la base de la excavación coroidea en los primeros OCTA. Para entonces con una AVMC de 20/60-2 en OD CC que se ha mantenido sin cambios hasta el momento, de la misma manera que las evaluaciones de angiotomografía.
Discusión
La ECF se considera una anomalía usualmente congénita que puede surgir de un defecto focal de la diferenciación coriorretiniana. En otros casos, puede ser adquirida debido a inflamación o infección coroidea5, también puede asociarse a alteraciones vasculares o a paquicoroides3. A pesar de producirse típicamente en la fóvea o perifóvea, la ECF se caracteriza por presentar una buena agudeza visual y tener una evolución clínicamente estable. El hallazgo puede ser incidental en un examen de rutina, sin embargo, algunos pacientes suelen consultar por disminución de la visión y/o metamorfopsias. En el examen del fondo de ojo las lesiones pequeñas de la ECF pueden no ser aparentes, mientras que lesiones más grandes suelen mostrar una alteración pigmentaria no específica con una vasculatura coroidea intacta que puede tener un aspecto rojizo, amarillento o anaranjado1.
La ECF se clasifica como conformacional o no conformacional. La forma conformacional sucede cuando hay una excavación sin separación de las capas internas de la retina, esto es, que la retina neurosensorial se deprime siguiendo el área de la concavidad. La forma no conformacional se presenta cuando hay una separación de la retina y el EPR el cual sigue el curso de la excavación dejando un área hiporreflectiva que algunos autores consideran que presenta acumulación de líquido subretiniano (LSR).
El diagnóstico de la ECF se realiza exclusivamente con un OCT donde se evidencia una concavidad intracoroidea focal característica o una desviación hacia abajo de la línea del complejo membrana de Bruch - coriocapilaris. Se puede apreciar un área de hiperreflectividad posterior debido a atrofia del EPR en la base de la excavación. Las capas internas de la retina aparecen relativamente intactas a pesar de la deformación presentada. En ocasiones, se puede encontrar un engrosamiento de la capa nuclear externa lo cual podría explicarse por la tracción entre la excavación y el sistema vascular de la retina interna que sería la responsable de un aumento de tensión en la interfaz fotorreceptor-EPR1.
En varios reportes ha sido descrita la formación de membrana neovascular en pacientes con diagnóstico de ECF. Su aparición podría explicarse principalmente basada en tres teorías: la primera sugiere que la excavación en la coroides puede dar lugar a un adelgazamiento focal que induce cambios isquémicos, la segunda es que la membrana de Bruch podría estar deteriorada en la zona del defecto5, la tercera menciona la presencia de una vasculatura coroidea aberrante que predispone a un proceso neovascular3. En estos casos deben realizarse otras ayudas diagnósticas como el OCTA, la angiografía fluoresceínica o la angiografía con verde indocianina4 para confirmar el diagnóstico y dar el tratamiento adecuado.
La ECF por sí misma no requiere manejo médico debido al poco compromiso de la visión y su estabilidad en el tiempo. En los casos que se acompaña de neovascularización coroidea se debe instaurar un tratamiento con terapia antiangiogénica intravítrea4, sin embargo, no existe un consenso en el esquema que se debe utilizar debido a la poca frecuencia de la enfermedad.
Conclusiones
Se presenta un caso de excavación coroidea focal no conformacional en un paciente joven con antecedente personal de miopía leve y un examen físico cuya única alteración es un área hipopigmentada bien definida en región foveal. Es posible llegar al diagnóstico gracias a un OCT y debido a la sospecha de una neovascularización concomitante se solicita un OCTA en donde se confirma la presencia de un complejo neovascular, por este motivo, recibe tratamiento con terapia antiangiogénica intravítrea sin obtener una buena respuesta visual y anatómica. Es un reto determinar en estas lesiones la posible actividad del complejo neovascular debido a que el espacio hiporreflectivo entre la retina neurosensorial y la excavación puede permanecer sin cambios aun cuando se controle la exudación inicial en caso de que existiera. Un año después en un examen de control se encuentra mejoría espontánea de la visión y de los hallazgos tomográficos con reestructuración completa de la retina externa, además, la lesión inicialmente clasificada como una ECF no conformacional sufrió finalmente un cambio y actualmente es una lesión conformacional con resolución completa del complejo neovascular. No hay reportes en la literatura de este tipo de evolución y tampoco encontramos teorías que la expliquen. Nuevos reportes nos ayudarán a conocer un poco mejor esta patología.
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